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Opinión

“Los huevos no deben bailar con las piedras”

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Agustín Basave renunció al PRD por considerar que, de entre todos, es el partido más difícil de dirigir, aunque la verdad es que se va porque la mayoría de las corrientes rechazan su alianza con el PAN.

Lo cierto es que se hubiera dado cuenta más fácil viendo una película que se llama Shoot ‘Em Up, en la que un personaje de mujer de la vida (que interpreta Mónica Belluci) le dice a un pistolero (que encarna Clive Owen): “Los huevos no deben bailar con las piedras”.

Podrá escribir de las “enormes animadversiones tribales, mayores a las rivalidades con cualquier otro partido” hasta que “ahora se me acusa de autoritario, de pretender que mi voluntad prevalezca sobre la de la de las corrientes”.

Pero sus problemas se deben a las alianzas que pretende con el PAN y son rechazadas por las corrientes Foro Nuevo Sol, IDN, ADN y Vanguardia Progresista, y sólo apoyadas (y tampoco en toda la línea) por Nueva Izquierda, su catapulta desde la academia al liderazgo del partido.

Basave se jugó todo su capital político en una alianza que en 2016, a diferencia de 2010, carece de las simpatías generalizadas que entonces tuvieron dentro del PRD y lo llevaron a ayudar al PAN a ganar en Oaxaca, Sinaloa y Puebla sin candidatos propios.

Basave, perredista neófito y flamante dirigente, no ha querido comprender que seis años después su idea es pura eugenesia social: la coalición engendró un monstruo político que lo está devorando a él como su creador a contracorriente.

Pero es el “académico ingenuo y temperamental” que, como proyección sicológica niega ser en su carta: “Mis malquerientes se van a cebar en mí; unos dirán que mi renuncia prueba que soy un académico ingenuo y temperamental, otros que mi antipriismo y mi aliancismo fueron excesivos”.

Porque acusa de su berenjenal a quienes “están al servicio de este PRI-gobierno que ha elevado la corrupción a niveles históricos”. Pero qué rayos tiene que ver el “PRI-gobierno” con las arenas movedizas de la política en las que se metió Basave.

Ese “PRI-gobierno” salvó a la corriente que lo llevó a la dirigencia del PRD cuando fue incluida en el Pacto por México, después de que, en septiembre de 2012, quedó con un pie al aire y el otro buscando lugar, tras apoyar a AMLO en el cuento del “fraude electoral”.

Basave no comprende que su problema es la alianza con el PAN. ¿Qué habría dicho cuando el electorado le exigiera una definición sobre la eutanasia, el aborto o el matrimonio gay? ¿La laicidad del Estado? ¿Qué plan tenía para gobernar en el caso de que ganasen?

Nada. Porque los huevos no deben bailar con las piedras

POR  / MESA REVUELTA / elarsenal.net

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