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Opinión

¡Todos contra Trump… saquen sus resorteras!

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Hoy acaba el mandato de Barack Obama como Presidente de los EEUU. Mañana toma posesión el magnate pendenciero Donald Trump, quien representa la quintaesencia de la Norteamérica WASP (White, Anglo-Saxon and Protestant), aunque esto les moleste a muchos gringos (obvio, a los gringos que no forman parte del “grupo selecto”).

Pero no nos engañemos: dos o tres gringos “buena onda” no le quitan a EEUU su vocación imperial, ni su tendencia expansiva.

Yo no sé por qué nos extrañamos por el triunfo de Trump. ¿Por qué los gringos tendrían que renunciar a sus raíces hegemónicas, es decir, a su idea de que la supremacía mundial debe quedar en manos de los grupos empresarialmente poderosos, de elevado estatus social, que descienden de la migración original blanca de origen europeo, de religión cristiana protestante y de prepotencia sobrada?

¿Por qué los gringos tendrían que renunciar a su “destino manifiesto”?

Con Donald Trump los gringos WASP vuelven a sus orígenes, para tratar de demostrar su supremacía dentro y fuera de los EEUU. ¿Por qué deberíamos sorprendernos?

Los WASP soportaron y vomitaron ocho años a Barack Obama, “el negro” que llegó a la Presidencia de los EEUU para que esta nación perdiera presencia y liderazgo mundiales; para que la Cuba castrista se burlara de todas sus buenas intenciones; para que la Venezuela chavista retara a los golpes al “imperalismo yanqui”; para que los chinos comunistas se volvieran “capataces respondones” frente a las trasnacionales gringas; para que los “come-frijoles” (o sea, los mexicanos) les ganaran puestos laborales a los gringos en ambos lados del Río Bravo; para que los cárteles colombianos y mexicanos les siguieran llenando de cocaína las narices a los pobrecitos puritanos evangélicos; y para que el Estado Islámico le diera buenas tundas al Occidente cristiano y capitalista; entre otras cosas.

Como dirían los chavos: “Eso sí calienta”.

¿De veras nadie vio el triunfo de Trump? ¿De veras?

Y, claro, como buen cruzado cristiano y empresarialTrump llega con el sable filoso, desenfundado y brilloso: tiene sed de sangre. Se va a cobrar todas las afrentas recibidas… ¡y tiene con qué!

Dentro de su desmedida bravuconería WASPTrump ha llegado para recordarnos cuáles son los dos brazos fundamentales de la política modernaDINERO Y ARMAS, es decir, poder económico y poder bélico. Quien los tenga podrá ponerse al tú por tú con el magnate, porque a salivazos y arranques patrioteros nadie le ganará. Esto me queda claro. ¿A ustedes no?

Y lo sabemos, muy bien. Por eso detrás de nuestra valentía pueblerina está nuestro miedo. Un miedo justificado.

Además, para aderezar aún más el pastel de la ignominia, está la postura blandengue y mediocre del gobierno de Enrique Peña Nieto.

Primero, una canciller de chocolateClaudia Ruiz Massieu, que simplemente no supo echar a andar una política de contrapeso desde el inicio mismo de la campaña de Trump. Poco o nada hizo para estrechar lazos con Europa Occidental, los Tigres Asiáticos, Rusia, China e India, por ejemplo.

Después, nombrar a un canciller que presume su propia novatez, Luis Videgaray, y que tiene a su (des)favor el hecho de haber gestionado la infamante visita de Trump a México. Con Videgaray, me queda claro, la postura de México será de clara y abyecta sumisión disfrazada de “diplomacia y negociación”.

Estamos Jodidos Mexicanos, pues, no le busquemos.

Videgaray tratará de salvaguardar los intereses de la élite que él representa. Ofrecerá sus servicios, y los de los suyos, para mantener su estatus aquí y allá en íntima colaboración con los mandamases gringosal estilo de los presidentes de las repúblicas bananeras. Finalmente, Videgaray quiere ser el próximo Presidente de México y Peña Nieto lo apoya a carta cabal, por eso los ojitos tristes de Osorio Chong a últimas fechas.

América para los norteamericanos. La Doctrina Monroe reloaded.

Peña y Videgaray ya asumieron su subordinación y es entendible. Es más fácil que Peña mejore su inglés a que aprenda a resistir los próximos embates del imperialismo. Además, a La Gaviota le gusta más Miami que las Lomas de Chapultepec.

¿Pero entonces nada podemos hacer, de plano? ¿Comenzamos a comprar ladrillos para el muro?

Claro que se puede hacer, y mucho. Pero para esto se necesita inteligencia estratégica, de la cual carece el actual Presidente de México.

Y el mejor ejemplo de inteligencia estratégica nos lo dan los propios EEUU, esa nación que llegó a ser poderosa a partir de 13 colonias laboriosas que se enfrentaron exitosamente a uno de los imperios más fuerte de su época: la Corona Inglesa.

Las 13 colonias inglesas que se asentaron sobre la franja atlántica de América del Norte supieron jugar sus cartas: a) supieron aliarse con Francia y España, insatisfechas con los términos del Tratado de París (1763), que puso fin a la Guerra de los Siete Años (1756-1763)b) burlaron y boicotearon sistemáticamente las medidas proteccionistas de la Corona Británica (p.e. el Motín de Boston); y c) actuaron de forma coordinada contra las medidas punitivas que les quiso imponer el monarca inglés, incluidas las medidas militares.

Las 13 colonias no sólo lograron deshacerse de la tutela británica, logrando así el inicio de su vida como nación independiente. También inauguraron la primera república democrática moderna, madura y duradera del mundo: los Estados Unidos de América.

El ejemplo es bueno. Ahora solamente nos cabe armar una estrategia inteligente para enfrentar al nuevo “cara pálida”.

Por vía de mientras… ¡saquen sus resorteras!

Por Carlos Arturo Baños Lemoine.  /  CIUDADANO CEROCOLUMNAS   /  elarsenal.net

   

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