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Opinión

#YoSoy132: generación perdida

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Al permitir que en 2012 el movimiento #YoSoy132 se decantara como satélite de AMLO, nuestra izquierda perdió una gran oportunidad para que su próxima generación fuese instruida: con mejor preparación política e intelectual que la de ahora.

#YoSoy132 surgió de manera natural cargado a la izquierda y compuesto por jóvenes universitarios que, también de manera natural, se habrían ganado el derecho a representar a la mitad del país: los mexicanos que tienen menos de 26 años, según el INEGI.

Pero los jóvenes salidos, primero de la Universidad Iberoamericana y luego de otras como el ITAM o el Tec de Monterrey, resultaron tan viejos en ideas y estilo de hacer política como los de la izquierda actual: estridente, grosera, de frases trilladas, decadente.

“Vamos contra la imposición mediática de cualquier candidato y la manipulación de las televisoras”, “vamos contra un proceso electoral contaminado que pretende restaurar el viejo régimen”,  “rechazamos la represión”… esas fueron sus grandes propuestas.

El mismo estilo contestatario de la izquierda durante la guerra fría, la izquierda estancada que insiste en desarrollarse dentro de un espacio que ya no corresponde a esta época. Una izquierda que es referente de pocos, porque pocos la quieren como referencia.

¿Quién va a querer seguir al diputado Antonio García Conejo, quien a falta de argumentos para debatir durante la discusión de la reforma energética solo se le ocurrió quedarse en calzoncillos?

¿Quién va a querer seguir a Karen Quiroga, quien a falta de argumentos para debatir durante la discusión de la reforma energética solo se le ocurrió romperle la corneo de un puñetazo a la diputada del PRI Landy Berzunza?

¿Quién va a querer seguir al diputado Alejandro Sánchez Camacho, quien a falta de argumentos para debatir durante la discusión de la reforma energética solo se le ocurrió entonar cantitos de cuando tenía 20 años y ya tiene 60: “La patria se defiende, la patria no se vende, lara lalara rara”?

¿Quién a querer seguir a los integrantes de Morena y de la CNTE que ayer retuvieron tres horas en una sucursal de Bancomer a la senadora priista Rocío Pineda, junto con empleados y usuarios, sólo porque votó a favor de la reforma energética?

Sin embargo, los jóvenes del movimiento #YoSoy132 (quienes era de esperar, por su mejor preparación educacional, que fueran el relevo inteligente de esta izquierda anquilosada y falta de ideas) hizo lo mismo en 2012: cerró tiendas Soriana para apoyar a AMLO.

Nuestra izquierda desperdició a estos jóvenes, usándolos para su lucha de símbolos y gestualidades. Y cuando la política termina en símbolos quiere decir que se acabaron las ideas. Y la pura gestualidad acaba en violencia.

Eso es la izquierda mexicana hoy: nada de ideas y mucho de violencia.

Por: Rubén Cortés / elarsenal.net

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