¿Por qué la justicia no existe? Una reflexión sobre un concepto polémico

La justicia es uno de los valores más importantes para la convivencia humana, pero también uno de los más difíciles de definir y aplicar. ¿Qué es la justicia? ¿Existe realmente o es solo una ilusión? ¿Cómo podemos buscarla y practicarla en nuestra sociedad? Estas son algunas de las preguntas que nos planteamos en este artículo, con el objetivo de generar un debate crítico y constructivo sobre este tema tan relevante.

La justicia como ideal

La justicia se puede entender como la cualidad de dar a cada uno lo que le corresponde, según sus derechos y sus deberes, respetando su dignidad y su libertad. También se puede ver como el conjunto de normas y principios que regulan las relaciones entre las personas y los grupos, buscando el equilibrio y la armonía social.

Desde la antigüedad, muchos filósofos, juristas, políticos y ciudadanos han reflexionado sobre el concepto de justicia, tratando de encontrar una definición universal y objetiva que sirva para todos los casos y contextos. Sin embargo, esta tarea no ha sido fácil, ya que la justicia depende de muchos factores como la cultura, los valores, las leyes, las instituciones y las circunstancias de cada situación.

Por ejemplo, Aristóteles distinguió entre dos tipos de justicia: la general o legal, que se basa en el cumplimiento de las leyes establecidas por el Estado; y la particular o distributiva, que se refiere al reparto equitativo de los bienes y las cargas entre los miembros de una comunidad. Pero estos dos tipos de justicia no siempre coinciden ni satisfacen a todos los implicados. Puede haber leyes injustas que favorezcan a unos grupos sobre otros, o puede haber situaciones en las que la igualdad no sea el criterio más adecuado para distribuir los recursos.

Además, la justicia también implica un aspecto subjetivo, que es la actitud o la virtud de dar a cada uno lo que le corresponde, respetando sus derechos y sus deberes. Esto supone reconocer la dignidad y la libertad de las personas, así como tener en cuenta sus necesidades, sus méritos y sus capacidades. Pero también implica asumir las consecuencias de nuestras acciones y aceptar las sanciones o las reparaciones cuando cometemos una falta. Sin embargo, este aspecto subjetivo de la justicia puede estar condicionado por nuestros intereses, nuestros prejuicios, nuestras emociones o nuestras creencias. Por eso, a veces podemos actuar de forma injusta sin darnos cuenta o sin querer admitirlo.

La justicia como realidad

La justicia como ideal es algo que aspiramos a alcanzar, pero que nunca podemos lograr plenamente. La justicia como realidad es lo que vemos y vivimos en nuestro mundo cotidiano, donde hay muchas situaciones de injusticia e inequidad que nos afectan a nosotros mismos o a los demás.

En México, el Estado de derecho es ineficiente. Aspectos como la inseguridad, la delincuencia, la impunidad y un deficiente acceso a la justicia penal han sido un freno para el desarrollo del país. En el sistema de justicia existen señales de discriminación a grupos vulnerables que se convierten en víctimas de la autoridad.

Según el Índice Global de Impunidad 2020, México ocupa el segundo lugar entre 69 países evaluados en cuanto al nivel de impunidad en materia penal. Esto significa que hay una baja capacidad para investigar, procesar y sancionar los delitos, así como para proteger los derechos humanos de las personas. El índice también muestra que hay una alta percepción de corrupción y una baja confianza en las instituciones de justicia.

Estas condiciones generan un clima de descontento, indignación y desesperanza entre la población, que se siente desprotegida, vulnerada y excluida. Muchas personas recurren a la violencia, la venganza o la resignación como formas de enfrentar la injusticia. Otras buscan alternativas de justicia comunitaria, social o transicional, que se basan en el diálogo, la participación y la reparación.

La justicia como desafío

La justicia no existe como una realidad objetiva e inmutable, sino como una construcción humana y social que depende del contexto y del punto de vista. La justicia es un desafío que nos invita a cuestionar, a dialogar, a razonar, a tolerar y a comprometernos con el bien común.

No podemos esperar que la justicia nos llegue desde afuera, sino que tenemos que ser agentes activos de su construcción. Esto implica asumir nuestra responsabilidad individual y colectiva, educarnos en valores éticos y cívicos, exigir el cumplimiento de nuestros derechos y el respeto de nuestros deberes, denunciar las situaciones de injusticia y proponer soluciones pacíficas y creativas.

También implica reconocer la diversidad y la pluralidad de visiones y opiniones sobre lo que es justo e injusto, y buscar puntos de encuentro y consenso que nos permitan convivir en armonía. La justicia no es solo un asunto legal o político, sino también cultural, educativo y comunicativo.

En este sentido, los medios de comunicación tienen un papel fundamental para informar, formar y transformar la realidad social. Los medios pueden ser espacios de difusión, debate y reflexión sobre los temas de justicia que nos afectan e interesan. También pueden ser herramientas de denuncia, sensibilización y movilización social frente a las situaciones de injusticia que se presentan en nuestro entorno.

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La justicia no existe, pero podemos hacerla existir. ¿Te sumas al reto?

Fuentes consultadas

: [México: poca justicia, mucha desigualdad – IMCO]
: [La justicia no existe. Nunca ha existido y jamás existirá]
: [Existe o no la justicia | Impacto]
: Justicia – Wikipedia
: Índice Global de Impunidad 2020
: mizitacuaro.com
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