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Salud y Familia

Consejos para evitar la sal, no sólo en las mesas

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La campaña emprendida en el DF “Menos sal, más salud” sigue adhiriendo establecimientos, con lo que según autoridades ya son 400 los que participan en ella. La campaña, consiste en el retiro de los saleros de las mesas de los restaurantes, con el afán de evitar el consumo excesivo de sal que -según estudios- estamos teniendo los mexicanos, y en consecuencia se refleja en un aumento de enfermedades no transmisibles -y de graves consecuencias- como la hipertensión.

De acuerdo con una encuesta hecha por Excelsior, tanto a nivel nacional, como en el DF la mayor parte de los encuestados (82% y 75% respectivamente) están de acuerdo con que se aplique esta medida; la verdad es que no es algo molesto y sobre todo por que esto no quiere decir que te vayan a negar un salero si tú se los pides. Pero el problema del consumo de sal entre nuestra población -la cual no debe pasar de los 5 gm. diarios y nuestro promedio excede el doble- no se logrará contrarrestar sólo con esta medida, que es más bien concientizadora.

A raíz de esto me di a la tarea de buscar algunos consejos sobre cómo reducir el consumo de sal de forma más efectiva pero también no tan difícil de realizar. Por que sí, lo más efectivo sería que a la preparación de todos nuestros alimentos se les redujera la sal a la mitad, pero la verdad es que realizar eso de golpe es una medida difícil de mantener para la mayoría de nosotros y más bien nos provocaría un disgusto. Por esto, les presento algunas medidas que proponen instituciones de salud, para poder reducir la sal de nuestra alimentación:

  • Limita el consumo de alimentos salados. Por ejemplo las botanas, papas fritas, cacahuates salados, etc. contienen mucha sal y tal vez otros alimentos te den la misma satisfacción.

  • Sustituir la sal por otros condimentos y especias. La sal se utiliza para dar sabor a los alimentos, pero en realidad no es el único que sirve para esto; las especias como la pimienta, orégano, comino, laurel, tomillo, hojas de aguacate, por citar sólo unas pocas aportan mucho sabor, dependiendo de lo que estés preparando.

  • Consume productos más naturales, menos procesados. Los alimentos procesados y los congelados contienen más altas cantidades de sal que si los preparas tú mismo. Por un lado porque en un afán por que sepa bien se le agrega mayores cantidades y por otro al final la sal también es un conservador. Si te vas a hacer un caldo de pollo procura obtenerlo tú mismo al hervir una pieza de pollo, en lugar de optar por el concentrado; las verduras, que no sean enlatadas y así con todos los ingredientes, que de lo contrario cada uno aporta literalmente “su grano de sal” a tu dieta.

  • Lee las etiquetas de los productos procesados. De la mano de lo anterior, tampoco es que para nada consumas productos procesados, pero es mejor evitarlos y de los que adquieres, procura leer las etiquetas para evitar los que tengan alto contenido de sodio. Además hay productos como jugos y otros alimentos -hasta dulces- que resulta que contienen sal.

  • Evita o reduce salsas saladas para condimentar. La catsup, salsa de soya, salsa teriyaki, BBQ, inglesa, etc. muchos acostumbran usarla con frecuencia como condimento para la comida, pero tienen grandes cantidades de sal.

  • Evita o reduce los embutidos, ya que contienen una alta cantidad de sal: jamón, tocino, salchichas, salami, etc.

  • Evita alimentos en salmuera o vinagre, como aceitunas, pepinillos, chiles, etc.

Como ven muchas de estas medidas son más efectivas que lo que pueda hacer el quitar la sal de las mesas, pero la verdad es que ya dependen de la conciencia individual y de una disciplina personal, para llevarlos a cabo. La reducción general de la sal en los alimentos es un poco más complicada y de más largo plazo, aunque también se puede hacer, como era la disposición de reducir el 10% de sal en el pan, que la verdad ya no sé si se esté aplicando.

Es importante decir que tampoco se debe evitar por completo la sal, ya que dicen los especialistas que el sodio es necesario para nuestro cuerpo, es sólo que en las cantidades en que la estamos ingiriendo, está causando más perjuicios que beneficios.

 

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