EL “SAVOIR FAIRE” DE LA PRIMERA NOCHE: CLAVES PARA NO EQUIVOCARTE

Por Karen Uribarri
Junto con la temporada de verano se abre la temporada de citas. No sé si es por el calor o por la onda destapada, que junto con el sol los hombres salen a cazar con más vehemencia. Y una mala jugada en la primera cita puede desechar toda posibilidad de una relación de primera.

Isidora por ejemplo, ha tenido puros encuentros dignos de tirar a la basura. Y aunque en un comienzo pensé que era sólo mala suerte, al indagar un poco más me di cuenta que la protagonista de esas fallas era precisamente ella.

El sábado salió con Enrique, un cuarentón guapo, separado y con una onda de buena vida envidiable. Cruzó Santiago entero para ir a recogerla en su auto 2012 en la mejor pinta y ella, pava, lo esperó con jeans, sandalias bajas, polera sport, cola de caballo y cero maquillaje… ¡o sea!.. El tipo venía de traje sin corbata y ella lo recibe así… obvio, se descompuso. Pero la seguidilla de errores siguió. Él, un encanto, había reservado mesa en un exquisito restorán de carnes. Y ella, de entrada le dice: “ay, me carga la carne” con mala cara y siguió con reclamos por el exceso de aire acondicionado, con que no le gustaba el vino y que la limonada tenía mucha azúcar. Enrique tratando de pasar por alto las actitudes gruñonas de mi amiga, le preguntó por su vida, y ella… nuevamente pava… le habló de cómo los hombres la habían hecho sufrir y cómo soñaba con ser madre. OMG!
Para qué les voy a contar el final de la historia… De Enrique ni la sombra se volvió a ver.

Y es que para bien o para mal, la primera cita es inolvidable y decidora. Primero, no se trata que te pongas tus tenidas más sofisticadas, pero que se note cierta preocupación e intención en seducir, ¿no? La idea es que seas tú misma, te sientas cómoda, pero que además realces todo lo bueno que tienes. Tampoco tires toda la carne a la parrilla… La idea es, precisamente, dejar algo a la imaginación… y que a él le den ganas de descubrir.

Lo mismo pasa con lo que hablas. Y si bien estamos de acuerdo que uno debe ser lo más auténtica posible, hay que maquillar ciertas conductas. No es el momento para hablar de penas, problemas de trabajo, acaparar la conversación y MENOS, hablar mal de los ex o de SUS ex. Sé una buena oyente. Muéstrate interesada (aunque no lo estés) y míralo directo a los ojos. Que se sienta el centro de tu mundo por esa noche.
Tu lenguaje gestual es importantísimo. No estés rígida ni te tomes confianzas. Usa los matices. No te extralimites. Intenta crear un clima agradable, sonriendo, teniendo buen humor y –si te gustó- rozándole el brazo o la mano ‘casualmente’ de vez en cuando. A los hombres les gustan las mujeres femeninas y dulces, pero también seguras de sí mismas… así que cuidado con lo que bebes, no busques seguridad fuera de ti, que puedes pasar papelones innecesarios.

Y no olvides de llevar contigo tu ‘bolsito del amor’. Uno que contenga un cepillo de dientes para que tu boca esté impecable y sabrosa por si llega el beso. Toallitas húmedas, un poquito de perfume y retoque de maquillaje. Ah! Y condón, por si las dudas.

¿Sexo en la primera cita? Quizás sí, quizás no. Sólo tú podrás leer el lenguaje de tu compañero y el feeling que se ha dado entre ustedes. Y si aún no lo tienes claro, pero las hormonas te empujan a sus brazos, insinúa, juega y deja que la química siga su curso. No vayas tan de prisa… pero no te quedes tampoco a esperar que vengan por ti. Ahora bien, si él te dice después de la cena que debe trabajar temprano o cualquier excusa para terminas la cita… agradece el encuentro, tómate un taxi y di adiós. Nada de insistir.

Y si, por mala suerte, a ti no te gustó nada… bueno, tómatelo con Andina. Quizás no sirva para amante, pero quizás sirva de amigo o quizás tenga un amigo que sí sirva… Disfruta el momento, tómalo como experiencia y ¡que venga el siguiente!