Opinión
Aristegui, la otra versión

Fue en una mesa de Elago, al mediodía. En un extremo de la mesa, la periodista Carmen Aristegui. A su alrededor, los hermanos Alejandro, Ernesto y Joaquín Vargas Guajardo. Los concesionarios de MVS Radio y la titular de la primera emisión del noticiero de esa cadena nacional discutían sobre la eminente revelación de la investigación periodística sobre la casa de Angélica Rivera de Peña Nieto.
En la víspera, de acuerdo a las versiones ofrecidas por la periodista, “desde la estructura de poder plantearon a los empresarios que esa investigación no podía salir al aire”.
Era una plática urgente, sin afanes de censura, donde Aristegui tuvo claridad sobre la situación vulnerable de Grupo MVS. Joaquín Vargas llevo la voz de la reunión y apelaba a su comprensión para no publicar.
Si ese reportaje salía en el noticiero, le dijo en otros términos, MVS recibiría fuertes afectaciones. Y esas afectaciones se ampliarían a todos. Su noticiero quedaría condenado a la extinción.
“Comprendí al empresario exponiendo su vulnerabilidad frente a un poder que reaccionaría en su contra si los periodistas divulgábamos ese reportaje”, recordó Aristegui, “pero no podíamos aceptar esa censura. No podríamos guardar en el cajón ni esa ni ninguna otra investigación”.
Si la historia de la Casa Blanca de las Lomas salía al aire, adiós. El dilema fue resuelto con un agravio: la periodista decidió que la información no podría pudrirse y decidió entregarla a colegas nacionales y extranjeros. Era el mal menor, según juzgó. Podía aceptar que no saliera en MVS, pero no iba a impedir que saliera en otro lado.
“Compartimos el contenido con los demás medios de comunicación. No importaba la primicia, la noticia, sino que la sociedad mexicana pudiera tener conocimiento de la historia”, asegura.
¿Traicionó a los Vargas Guajardo? La historia nunca se divulgó en su espacio. Pero le dio seguimiento y consiguió más información sobre Grupo Higa y otros inmuebles entregados a funcionarios de la administración peñista.
“Nunca me comprometí a no hablar del asunto”, argumenta.
“Debimos resolver un dilema que algún día contaré”, dijo la periodista en una entrevista que concedió a la revista Gatopardo antes de su diferendo con MVS, “resolvimos un problema y lo hicimos bien porque la información salió y al final la repercusión está allí. El tema de la Casa Blanca lo hemos abordado con enorme amplitud en la Primera Emisión de MVS: hemos hecho mesas de debate, hemos discutido el asunto de esta casa y las que vengan”.
¿Hubo censura?
En las otras entrevistas, Aristegui ha revelado que a finales del año pasado, había firmado una extensión contractual con MVS Radio para la prestación de servicios editoriales, cuyas cláusulas definían que la periodista era responsable del diseño, de la conducción y de la dotación de los contenidos editoriales para las cuatro horas de un informativo matutino, de lunes a viernes. Ese contrato incluía un código de ética y habilitaba un árbitro, en caso de conflictos.
Derivado del conflicto, trascendió que ese contrato era de un millón de dólares anuales. Y que sus cláusulas disponían de un staff para la conductora en el que estaban incluidos un asistente, un productor, un coordinador de invitados y un jefe de información. La unidad de investigaciones especiales era de MVS Radio, no de Aristegui Noticias, sostienen en la emisora de los Vargas Guajardo, quienes señalan que ese desvío de recursos está plenamente acreditado y es parte de la de manda mercantil iniciada por la empresa en contra de su ex colaboradora.
Consumado el “golpe autoritario” para aniquilar un espacio de comunicación que había conseguido muy buenos niveles de rating, muy buenos niveles publicitarios, los colaboradores de MVS solicitaron la protección de sus derechos humanos y apelaron a los derechos de las audiencias. Esa arena tiene tiempos y procedimientos distintos a las vías laborales y civiles que también emprenderán para defender su trabajo y su prestigio.
“Si yo fuera accionista de ese grupo, les reclamaría haber liquidado ese espacio”, resumió Aristegui a la reportera chilena Emma Torres, quien antes de la Semana Santa, la entrevistó para Rusia TV?
En esos días, la periodista concedió una docena de entrevistas vis-a-vis a distintos medios, tanto nacionales como internacionales, así como una conferencia de prensa a corresponsales extranjeros en los que hizo un recuento pormenorizado del “conflicto entre particulares”, al que siempre catalogó como un “coletazo dinosaurico”, de signo ominoso para la democracia mexicana.
Esas entrevistas permiten, en efecto, reconstruir la dinámica de esa crisis, detonada por la participación de dos de los integrantes de la Unidad de Investigaciones Especiales a cargo de Aristegui, en la iniciativa de MexicoLeaks.
“Por un asunto menor, detonaron un conflicto artificial”, sentenciaba Aristegui, a dos semanas de distancia, “quisieron que la salida estuviera relacionada con un conflicto interno, pero no fue así”.
Hubo un punto de inflexión. Después de una andanada de desplegados en los principales diarios de la Ciudad de México en los que MVS se deslindó de MexicoLeaks y censuró el mal uso de su logotipo, Aristegui emplazó públicamente a los Vargas Guajardo a abrir un diálogo.
El jueves, como si nada hubiera pasado, Aristegui y su equipo se presentaron a las instalaciones de MVS Radio. Allí, de guardia, estaba de guardia a las 5:00 a.m.
“Una vez que decidimos no irnos, vinieron los despidos”, recuerda Aristegui. Primero, los de Daniel Lizárraga e Irving Huerta, seguidos por la imposición de nuevos lineamientos editoriales para los conductores de las tres emisiones de Noticias MVS.
“Esperaban que nos fuéramos del aire, por nuestro propio pie”, supone. Y se declara en pie de lucha para rechazar la imposición de los lineamientos editoriales y exigir su reinstalación, junto con sus colaboradores, “tenemos el contrato vigente y una razón para seguir”. Sus abogados son Javier Quijano y Javier Cortina.
“En este conflicto hay mucho de naturaleza humana”, resume un ejecutivo de MVS Radio que tiene registró puntual de los acontecimientos, “el 85 por ciento de la solución de este diferendo estaba del otro lado de la mesa. Pero no tuvo la humildad de reconocer que se equivocó”.
¿El escenario extremo? Que la familia Vargas Guajardo cediera a las presiones públicas y reinstalara al equipo de investigación y a la exconductora de la primera emisión de Noticias MVS. “La posibilidad de que esto ocurriera es cero”, lamenta la fuente, “pero si eso ocurriera, al día siguiente se daría por terminada la relación laboral. No hay punto de retorno”.
POR ALBERTO AGUIRRE / Fuente:elarsenal.net / Columna Signos Vitales / … Correo electrónico: alberto.aguirre@outlook.com
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