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Opinión

El Presidente debe improvisar

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Por: Rubén Cortés

La Cruzada contra el Hambre se desdibujó como la más gris de las 13 decisiones de Enrique Peña anunciadas en su toma de protesta, porque será difícil dejar de relacionar ese programa social con el uso ilegal de los programas federales antipobreza a favor del partido gobernante.

 

Sin embargo fue, junto con la Reforma Educativa, la mejor propuesta que vendió en su estreno el Presidente, al afirmar que “es inaceptable que millones de mexicanos padezcan hambre”, por lo que instruyó a Sedesol a poner en marcha, en 60 días, “una cruzada nacional contra el hambre”.

Pero la Cruzada provocó al Presidente su primera crisis política: sus socios en el Pacto por México casi lo rompen porque 59 funcionarios fueron descubiertos en Veracruz haciendo uso clientelar de los recursos oficiales para los más necesitados a cambio del voto para el PRI.

De cualquier modo, la Cruzada se parece demasiado al plan Hambre Cero, con el que Lula hizo creer al mundo que bajó la pobreza en Brasil, cuando en realidad Hambre Cero fracasó a causa de la corrupción, con el primero caso justo en el empobrecido estado de Pernambuco, donde nació Lula.

En el municipio de Caetés, gobernado por el partido de Lula, el alcalde se quedó con el dinero que debía haber entregado a ochenta familias. Lula se dio cuenta de que el dinero repartido de aquella manera nunca llegaría a los pobres.

Entonces disfrazó Hambre Cero (un gran nombre, pegajoso y políticamente correcto) con el de Desarrollo Social y Combate al Hambre, en el cual quedó muy poco del original Hambre Cero, y lo vinculó a otro: Bolsa Familia: así sacó de la pobreza a 28 millones de brasileños.

Pero aquí la Cruzada no está herida de muerte sólo a causa de los 59 funcionarios federales, estatales y municipales exhibidos como delincuentes electorales en 13 horas de grabaciones que describen planes para hacer triunfar al PRI mediante el uso clientelar de esos programas.

Porque se le ven demasiado las costuras. El documento “Cruzada Nacional Contra el Hambre, dudas y preocupaciones”, de México Evalúa establece una correlación significativa entre las elecciones del 7 de julio próximo y la selección de 400 municipios elegidos para beneficiarse de la Cruzada.

El Decreto de la Cruzada contra el Hambre jamás explica como fueron escogidos esos municipios. Aún así, llámese Cruzada o no, a Peña le urge un programa antipobreza. Gobierna un país con 51.3 de sus habitantes en pobreza patrimonial.

En México viven 57 millones de personas que carecen de dinero suficiente para comprar comida y tener acceso a los servicios básicos de salud, educación, vivienda o ropa.

Entonces, debe hacer lo mismo que Lula: reinventar la Cruzada antes de que se pudra.

Improvisar, pues.

 

elarsenal.net

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