Reformas mal vendidas

Entre los ponentes que acudieron a la primera jornada de los foros de análisis sobre la reforma energética, organizado por los senadores David Penchyna y Enrique Burgos, hubo una crítica constante a la estrategia de comunicación empleada por el gobierno federal para explicarle a los mexicanos de qué trata la reforma energética.

Los líderes de la izquierda ya habían expresado su repudio a los empalagosos spots –cuya producción financió Pemex, pero que fueron pautados con recursos de todas las dependencias federales– por lo que consideraron una incorrecta utilización de la imagen de Lázaro Cárdenas. Además de melifluos, Los creativos del despacho que elaboró los guiones –ligados a la firma internacional Oglivy & Mather– podrán ser los más efectivos en términos mercadológicos, pero en este caso, en términos históricos, pecaron de ignorantes.

Esa es otra historia. El pasado lunes, Federico Reyes Heroles y Juan Pardinas manifestaron públicamente su rechazo a los argumentos propagandísticos autorizados por los comunicadores del peñismo. Y atinadamente apuntaron que en lugar de apelar al nacionalismo de los mexicanos o machacar con que la propuesta de reforma a los artículos 27 y 28 de la Constitución no es privatizadora, deberían informarle a la población sobre la precariedad de la red energética o del agotamiento de las reservas petrolíferas.

Los spots que promueven la reforma energética, insistieron, también resultan fallidos pues tratan de ganar aceptación a la propuesta con el garlito de que bajarán las facturas del consumo de gas y la energía eléctrica sin explicar puntualmente cómo ocurriría ese milagro.

¿Habrá alguien que sancione la propaganda engañosa generada por el gobierno federal? Hay otros spots más falsarios, como aquel donde un presunto maestro de primaria desafía todas las leyes de la naturaleza y camina sobre un muro, seguido por sus crédulos alumnos.

Para construir la “narrativa” de las reformas estructurales, los comunicadores del gobierno federal prefirieren distorsionar la realidad, en vez de informar a la población. Quizá sea peor el discurso de los funcionarios federales que acuden a las “reuniones informativas” con líderes empresariales o las estructuras priistas; estas últimas –suspendidas a raíz de las inundaciones del pasado fin de semana– resultaban en obligados “cierres de filas”, donde los elogios a la audacia del Ejecutivo federal eran irrevocables.

Entre los académicos y los líderes empresariales, en cambio, se multiplican los escenarios pesimistas, las voces de alerta, los cuestionamientos a las tesis de la nueva tecnocracia tricolor, que al mismo tiempo trataba de convencer sobre las bondades de una reforma hacendaria y social con la misma retórica hueca. Si continúan por esa ruta, están destinados al fracaso. Por másstorytelling que hayan consumido.

¿Hay forma de vender las reformas estructurales? Sin duda. Allí está, por ejemplo, la introducción al reporte sobre México del Informe sobre Desarrollo Humano, elaborado por la ONU apenas en 2011.

“Alejandro es un hombre afortunado”, ilustra, “a sus 32 años, y habiendo estudiado sólo hasta el tercer grado de secundaria, el ingreso familiar le permite alcanzar un nivel de vida parecido al del ciudadano promedio de algunos países europeos, como Polonia o Portugal. Su esposa, quien cursó estudios universitarios, le ayuda a sostener una vivienda espaciosa, de materiales firmes y con todos los servicios, en la zona metropolitana de Pachuca, Hidalgo, donde también viven sus dos hijos.

“Pero su fortuna más significativa no es ésta. Gracias a la acción gubernamental, Alejandro recibe mensualmente, además de su ingreso propio, más de 19,000 pesos en la forma de servicios públicos y subsidios, casi 5,000 pesos por cada miembro de su familia. Esta generosidad gubernamental no la conoce Juan Carlos, con la misma edad y años de educación, quien vive con sus padres, ya mayores, y su hermano menor, en Ciudad Juárez,  Chihuahua. Con su empleo de vigilante, y el ingreso de su padre y su hermano, que también trabajan, Juan Carlos ha logrado habitar una vivienda con piso firme, sin hacinamiento, con drenaje y agua, pero el ingreso familiar es tan bajo que lo sitúa en un nivel de vida parecido al del habitante promedio de países africanos como Cabo Verde o Guinea Ecuatorial. Pese a esto, su familia recibe, a través de los beneficios que el gasto público le  otorga, el equivalente a poco menos de 300 pesos mensuales,  casi 75 pesos por cada miembro de su hogar. Así, en la lotería que para ellos pudiera parecer la asignación del gasto público en México, Alejandro ha sacado un billete que le da casi 66 veces más recursos gubernamentales que los que recibe Juan Carlos, pese a que en un sentido muy claro padece menos carencias”.

Ambas historias no son ficticias. A excepción de los nombres de sus personajes, estos hechos pueden inferirse de las frías estadísticas oficiales. Son una contrastante ilustración de un  problema real e importante en México: la falta de equidad del gasto público.

En el pasado reciente, ya hubo un Presidente de la República que validó estrategias propagandísticas –ideadas por estrategas foráneos, que requirieron miles de millones de pesos para la producción de spots y pautas publicitarias–  que finalmente resultaron erradas. Los “errores de comunicación”, como recientemente reconoció Felipe Calderón, pueden cambiar el curso de un gobierno.

EFECTOS SECUNDARIOS

DESPITADOS. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos utilizó la palabra “designation” para señalar a las seis empresas y los cinco ciudadanos mexicanos que dirigen una red comercial al servicio de Los Güeros, la organización delictiva dominante en El Bajío. ¿Su fachada? La fabricación y comercialización de “El Viejo Luis”, una bebida de agave azul que curiosamente se volvió la preferida en restaurantes y antros de la feria de Aguascalientes en el último tramo del sexenio del último gobernador panista de aquella entidad, Luis Armando Reynoso Femat.

¿ACLARACIÓN? Según el senador Patricio Martínez, ex gobernador de Chihuahua, la homologación del IVA en la frontera norte del país, planteada en la propuesta de reforma hacendaria no afectaría a los consumidores de la zona y resarciría, en los hechos, una inconsistencia pues la declaración de este impuesto se queda en 11%, cuando en la realidad cobran el 16%, lo que sólo beneficia a los empresarios. Esto en Chihuahua y en China es defraudación fiscal. ¿O no?

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por Alberto Aguirre / elarsenal.net / Correo electrónico: aam@mexico.com