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Salud y Familia

Diferencias entre diabetes tipo 1 y 2: cómo mejorar tu alimentación

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La diabetes es una enfermedad crónica que afecta a la forma en que el cuerpo regula el azúcar en la sangre, o la glucosa. La glucosa es el combustible que alimenta las células del cuerpo, pero para entrar a las células, necesita una llave: la insulina. La insulina es una hormona que produce el páncreas y que ayuda a mantener los niveles de glucosa en un rango normal.

Existen dos tipos principales de diabetes: la tipo 1 y la tipo 2. Ambos tipos de diabetes pueden causar niveles de azúcar en la sangre crónicamente altos, lo que aumenta el riesgo de complicaciones como enfermedades cardíacas, daños renales, problemas neurológicos y otros trastornos. Sin embargo, la diabetes tipo 1 y la tipo 2 tienen causas, síntomas y tratamientos diferentes.

En este artículo te explicamos las principales diferencias entre la diabetes tipo 1 y la tipo 2, y cómo mejorar tu alimentación si tienes alguna de ellas.

## ¿Qué causa la diabetes tipo 1 y la tipo 2?

La diferencia más importante entre la diabetes tipo 1 y la tipo 2 es su origen. La diabetes tipo 1 se debe a una baja de insulina en el cuerpo, mientras que la diabetes tipo 2 se debe a una resistencia a esta sustancia.

– La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune, lo que significa que el sistema inmunitario del cuerpo ataca por error a las células beta del páncreas, que son las encargadas de producir insulina. Como resultado, el páncreas deja de producir insulina o produce muy poca, y la glucosa se acumula en la sangre en lugar de entrar a las células. La diabetes tipo 1 suele aparecer en la infancia o adolescencia, aunque también puede desarrollarse en la edad adulta. Se desconoce la causa exacta de esta enfermedad, pero se cree que puede estar relacionada con factores genéticos o ambientales.

– La diabetes tipo 2 se produce cuando el cuerpo se vuelve resistente a la insulina, es decir, cuando las células no responden adecuadamente a esta hormona y no pueden absorber la glucosa de la sangre. Esto hace que el páncreas tenga que producir más insulina para intentar compensar, pero con el tiempo se agota y deja de producir suficiente insulina. La diabetes tipo 2 suele aparecer en la edad adulta, aunque cada vez es más frecuente en niños y adolescentes debido al aumento de la obesidad y el sedentarismo. La causa principal de esta enfermedad es el sobrepeso y la falta de actividad física, aunque también influyen factores genéticos y familiares.

## ¿Cuáles son los síntomas de la diabetes tipo 1 y la tipo 2?

Los síntomas de la diabetes tipo 1 y la tipo 2 pueden ser similares, pero se presentan de forma diferente. Los síntomas más comunes son:

– Micción frecuente
– Sed excesiva
– Hambre constante
– Fatiga
– Visión borrosa
– Pérdida de peso involuntaria
– Cortes o llagas que no sanan bien
– Entumecimiento u hormigueo en las manos o los pies

Los síntomas de la diabetes tipo 1 suelen aparecer rápidamente, en cuestión de semanas o meses, y pueden ser muy intensos. Muchas veces se detecta la enfermedad cuando se produce una cetoacidosis diabética, una complicación grave que se produce cuando el cuerpo empieza a quemar grasas en lugar de glucosa para obtener energía, lo que genera unas sustancias llamadas cetonas que acidifican la sangre. Los síntomas de la cetoacidosis diabética son náuseas, vómitos, dolor abdominal, aliento con olor a fruta, respiración rápida y profunda, confusión y pérdida de conciencia.

Los síntomas de la diabetes tipo 2 suelen aparecer de forma gradual, a lo largo de años, y pueden ser más leves o pasar desapercibidos. Muchas personas con diabetes tipo 2 no tienen síntomas o los confunden con los del envejecimiento o el estrés. La enfermedad suele descubrirse cuando se realizan análisis de sangre rutinarios o cuando surgen complicaciones como problemas cardiovasculares, renales o visuales.

## ¿Cómo se diagnostica la diabetes tipo 1 y la tipo 2?

El diagnóstico de la diabetes tipo 1 y la tipo 2 se basa en la medición de los niveles de glucosa en la sangre. Los criterios para diagnosticar la diabetes son los siguientes:

– Glucosa en ayunas mayor o igual a 126 mg/dl en dos ocasiones diferentes. Se considera ayuno cuando no se ha comido ni bebido nada (excepto agua) durante al menos 8 horas.
– Glucosa al azar mayor o igual a 200 mg/dl en cualquier momento del día, acompañada de síntomas de diabetes.
– Hemoglobina glicosilada (HbA1c) mayor o igual a 6.5% en dos ocasiones diferentes. La HbA1c es una prueba que mide el promedio de glucosa en la sangre durante los últimos 2 o 3 meses.
– Prueba de tolerancia oral a la glucosa (PTOG) mayor o igual a 200 mg/dl a las 2 horas de haber tomado una bebida azucarada. La PTOG consiste en medir la glucosa en la sangre antes y después de tomar una bebida que contiene 75 gramos de glucosa.

Además de estas pruebas, para diferenciar entre la diabetes tipo 1 y la tipo 2 se pueden realizar otras pruebas como:

– Medición de los niveles de insulina y péptido C en la sangre. El péptido C es un fragmento que se libera junto con la insulina cuando el páncreas la produce. En la diabetes tipo 1, los niveles de insulina y péptido C suelen ser bajos o indetectables, mientras que en la diabetes tipo 2 suelen ser normales o altos.
– Detección de anticuerpos contra las células beta del páncreas. Estos anticuerpos son los que causan el ataque autoinmune que destruye las células productoras de insulina. En la diabetes tipo 1, estos anticuerpos suelen estar presentes en el momento del diagnóstico, mientras que en la diabetes tipo 2 suelen estar ausentes.

## ¿Cómo se trata la diabetes tipo 1 y la tipo 2?

El tratamiento de la diabetes tipo 1 y la tipo 2 tiene como objetivo mantener los niveles de glucosa en la sangre dentro de un rango normal y prevenir las complicaciones a corto y largo plazo. El tratamiento depende del tipo de diabetes y del grado de control glucémico.

– El tratamiento de la diabetes tipo 1 requiere inyecciones diarias de insulina según los niveles de glucosa en la sangre. La insulina puede administrarse mediante jeringas, plumas o bombas. Existen diferentes tipos de insulina según su duración y su velocidad de acción: rápida, regular, intermedia y prolongada. El médico indicará el tipo, la dosis y el horario más adecuados para cada persona. Además, es necesario medir los niveles de glucosa varias veces al día mediante un glucómetro o un monitor continuo. También es importante seguir una alimentación equilibrada y realizar actividad física regularmente.
– El tratamiento de la diabetes tipo 2 puede variar según el grado de control glucémico y la presencia o no de complicaciones. En algunos casos, se puede controlar solo con cambios en el estilo de vida: dieta saludable, ejercicio físico, pérdida de peso y abandono del tabaco. En otros casos, se puede requerir medicación oral o inyectable para reducir los niveles de glucosa en la sangre. Existen diferentes tipos de fármacos antidiabéticos orales e inyectables que actúan por distintos mecanismos: estimulando la producción o liberación de insulina, aumentando la sensibilidad a la insulina, retrasando la absorción de glucosa en el intestino o aumentando la eliminación de glucosa por la orina. El médico indicará el tipo, la dosis y el horario más adecuados para cada persona. Además, es necesario medir los niveles de glucosa periódicamente mediante un glucómetro o una HbA1c. También es importante seguir una alimentación equilibrada y realizar actividad física regularmente.

¿Cómo mejorar la alimentación si se tiene diabetes tipo 1 o tipo 2?

La alimentación es un factor clave para el control de la diabetes tipo 1 y tipo 2. Una alimentación saludable puede ayudar a mantener los niveles de glucosa en la sangre dentro de un rango normal, prevenir las complicaciones y mejorar la calidad de vida. Algunas recomendaciones generales son:

  • Consumir alimentos variados y nutritivos, que aporten carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas, minerales y fibra. Evitar los alimentos procesados, fritos, azucarados o con alto contenido en sal o grasa saturada.
  • Distribuir los alimentos en varias comidas al día (3 a 5), evitando saltarse el desayuno o pasar muchas horas sin comer. Mantener un horario regular de comidas y adaptarlo al tratamiento farmacológico.
  • Controlar la cantidad y el tipo de carbohidratos que se consumen, ya que son los que más influyen en los niveles de glucosa en la sangre. Preferir los carbohidratos complejos (cereales integrales, legumbres, frutas, verduras) frente a los simples (azúcar, miel, dulces, refrescos). Utilizar el método del plato o el conteo de carbohidratos para calcular las porciones adecuadas.
  • Moderar el consumo de proteínas animales (carne, pescado, huevos, lácteos) y elegir las más magras y saludables. Aumentar el consumo de proteínas vegetales (legumbres, frutos secos, semillas).
  • Reducir el consumo de grasas saturadas (mantequilla, nata, embutidos) y trans (bollería industrial, snacks) y aumentar el consumo de grasas insaturadas (aceite de oliva, aguacate, pescado azul).
  • Beber abundante agua y evitar las bebidas alcohólicas o con azúcar añadido. El alcohol puede alterar los niveles de glucosa en la sangre y aumentar el riesgo de hipoglucemia o hiperglucemia.
  • Utilizar técnicas culinarias sencillas y saludables como el hervido, el vapor, el asado o el salteado. Evitar los fritos, los rebozados o los guisos con mucha grasa. Condimentar con hierbas aromáticas, especias o limón en lugar de sal o salsas.
  • Consultar con un nutricionista o un educador en diabetes para elaborar un plan de alimentación personalizado según las necesidades y preferencias de cada persona.

Estas son algunas de las diferencias entre la diabetes tipo 1 y la tipo 2 y cómo mejorar la alimentación si se tiene alguna de ellas. Esperamos que este artículo te haya sido útil e interesante. Si quieres saber más sobre la diabetes y otros temas relacionados con la salud y el bienestar, te invitamos a visitar nuestro portal mizitacuaro.com donde encontrarás artículos como estos:

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