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Ciencia

Esta es la razón por la que señalamos con un dedo

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Para los seres humanos señalar objetos y personas es un gesto extremadamente natural. Entre los 9 y 14 meses de vida, todos los niños sanos comienzan a hacerlo, y se considera una habilidad fundamental en el viaje que conducirá al desarrollo del lenguaje.

De hecho, señalar con el dedo índice es la primera estrategia con la que un bebé comienza a comunicar información intencionalmente a otro ser humano, y es algo que todos los bebés del mundo hacen de la misma manera.

Intento de tocar

Cómo y por qué los bebés comienzan a señalar con el dedo sigue siendo tema de debate. No faltan las hipótesis, pero ninguna parece realmente convincente, hasta ahora.

En un reciente estudio, un equipo de investigadores llevó a cabo tres pruebas en bebés y determinó que expresamos e interpretamos señalar, no tanto como un tipo de flecha hecha a mano, sino más bien como un intento de tocar.

En la primera prueba, los autores verificaron si los bebés señalan las cosas como si sus dedos fueran flechas. Para averiguarlo, se le pidió a los participantes de todas las edades (18 meses, 3 años, 6 años y adultos) que señalaran tazas específicas, o, en el caso de los bebés, una marioneta, en una pared frente a ellos.

El equipo simplemente midió los ángulos involucrados. En todos los casos y todas las edades, la hipótesis del tacto ganó. Las personas señalaron las cosas de tal manera que al participante le parezca que la punta de su dedo hace contacto con el objeto al que apunta.

La segunda prueba confirmó el efecto, llevando la hipótesis táctil un poco más allá para ver si las personas rotarían sus muñecas mientras apuntaban, cómo si trataran de tocar un objetivo.

Propuesta respaldada

Básicamente, explican los investigadores, si algo está al costado de una caja frente a nosotros, ¿retorcemos nuestra mano y brazo para señalarlo, tal como lo haríamos para tocarlo?

De nuevo, la respuesta observada fue un rotundo sí. Los participantes de todas las edades hicieron exactamente el movimiento previsto.

La prueba final fue para ver si esta hipótesis táctil también explicaba cómo las personas interpretaban los apuntes de los demás. Para ello, los investigadores presentaron a los participantes de todas las edades algunos “gestos de puntería ambiguos”, donde tenían que elegir entre una interpretación de señalar con el toque o una interpretación de señalar como flecha.

En esta prueba los resultados fueron más matizados. Los sujetos más jóvenes favorecieron abrumadoramente la puntería basada en el tacto, mientras que los sujetos mayores pudieron entender ambos. Esto respalda la idea de que nuestro deseo de señalar se origina en el contacto, pero en última instancia puede volverse más complejo.

El equipo de investigación manifiesta que los resultados son claros, y sugieren que desde la infancia hasta la edad adulta, los gestos señaladores se orientan hacia su objetivo, no como flechas, sino como si fueran intentos de tocar ese objetivo, un indicativo que el gesto de señalar emerge del tacto.

hipertextual.com

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