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Congreso del Estado de Michoacán

Opinión

Las delicias del poder

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Durante su sexenio, Felipe Calderón incorporó a economistas y politólogos del ITAM a puestos clave de la administración pública federal. Era el regreso de los tecnócratas de esa casa de estudios –fundada por la familia Bailleres– a la escena pública, después de los años tristes del foxiato.

Incrustados en Hacienda y el Banco de México, los itamitas dominan la escena de las finanzas públicas desde las épocas salinistas. Pero fue hasta el sexenio pasado que los egresados de ciencia política ocuparon puestos en el gabinete y en Los Pinos. Los casos más evidentes eran Alonso Lujambio, extinto secretario de Educación, y Rafael Fernández de Castro, consejero presidencial en asuntos internacionales; ambos egresados de ciencias sociales y ex directivos del ITAM.

También deben contarse entre esos activos a Alejandro Poiré (1989), último huésped del Palacio de Covián del anterior sexenio; Guillermo Valdés Castellanos, quien estuvo al frente del CISEN y Gerónimo Gutiérrez, efímero subsecretario de Gobernación en las épocas de Fernando Gómez-Mont.

A Los Pinos, por el contrario, los politólogos del ITAM llegaron gracias a Alejandra Sota. ¿Los más capaces o mejor preparados? No, según reveló el equipo de la periodista Carmen Aristegui en la “primera emisión” de Noticias MVS, el pasado viernes 1 de agosto.

En ese primer trabajo quedaron al descubierto Maira Colín y José Oswaldo Bayardi, los amigos de Yamil Nares, uno de los colaboradores más cercanos de Sota Mirafuentes durante el primer año del sexenio.

Nares dejó Los Pinos para irse a Defoe Experts in Social Consulting, una de las casas encuestadoras preferidas por los calderonistas. Pero en Los Pinos quedó un cúmulo de itamitas, ex condiscípulos de la vocera del gobierno federal. En Comunicación Social de Los Pinos estuvieron Colín García, Gutiérrez Bayardi, María Fernanda Vergara, Iván Mauricio Ruelas, Marco Antonio Morales Barba, Alberto Nava Cortinas y Virgilio Muñoz.

Sota Mirafuentes forma parte de un selecto grupo de alumnos inscritos en la carrera de Ciencia Política en el ITAM, a mediados de la década de los noventas.  Aficionados al debate y a la escritura –“eran grillos desde chiquillos”, describe uno de sus contemporáneos– la mayoría provenían de familias acomodadas del interior de la República y coincidieron en la conformación de representaciones estudiantiles.

Los que todavía no decidían una vocación, ingresaban a ciencia política. El director de la carrera era Alonso Lujambio, quien era el referente para esa generación de itamitas, en parte por su deslumbrante personalidad, por su singular pedagogía –que incluía mostrar tarjetas amarillas y rojas a los estudiantes más lerdos del curso introductorio– y los performances que ejecutaba, inspirado en las excentricidades del sistema político mexicano, desde el dedazo hasta el votante marginal.

De aquella época data su relación con Benjamín Hill Mayoral, quien en aquella época colaboraba estrechamente con Adrián Michel, el último presidente del Consejo de Alumnos del ITAM. Ambos fundaron la Asociación Nacional de Estudiantes de Ciencia Política y Administración Pública.

Lujambio era el director del Departamento de Ciencia Política y, fiel a sus creencias, impulsó –junto con Alejandro Poiré– construir un “sistema parlamentario” que sustituyera al Consejo de Alumnos. Entonces surgió la Asociación de Representantes del ITAM (Aritam) que Sota Mirafuentes quiso encabezar, pero –de acuerdo a sus ex compañeros– “no tenía el promedio (8.5) para postularse”, por lo que tuvo que declinar a favor de Virgilio Alberto Muñoz Alberich, a quien incorporó al equipo calderonista desde el 2006 y designó director de Análisis Político y Medios Internacionales, cuando llegó a la vocería de Los Pinos.

Marginados de la representación oficial de los alumnos del ITAM, Sota y Hill se refugiaron en la Conferencia Mariano Otero, una agrupación estudiantil que aglutinaba a jóvenes de distintas instituciones de educación superior, en la que estrecharon lazos de amistad y relaciones con Eduardo Bohórquez, actual director de Transparencia Mexicana, Tábara Vilar y Diego Antoni.

Hasta el año 2001 –cuando el PAN ya estaba en Los Pinos– este grupo pudo hacerse de la Aritam…  con Yamil Nares, el amigo de Alejandra Sota.

 

EFECTOS SECUNDARIOS

AUSENCIAS. Ante la divulgación sobre el reportaje sobre la red de amigos que construyó en el ITAM y se llevó a Los Pinos, Alejandra Sota Mirafuentes inicialmente optó por refugiarse en su apartamento en Cambridge. El viernes 1 de agosto de plano no acudió a la Escuela Kennedy de la Universidad de Harvard. Tampoco lo hizo su esposo, Benjamín Hill. Su falta estaba justificada: la ex vocera calderonista celebró su cumpleaños número 37, aunque no como antaño. La fiesta será esta semana, que llega a la Ciudad de México.

Por: Alberto Aguirre M. / elarsenal.net

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